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Toledillo se separa del resto de barrios de Lagartera por el escaso arroyo de la Chorrera, que baja del Berrocal. Las dos orillas de este arroyo estuvieron siempre unidas por un puente. Son altos los escarpes. Y la calzada romana de Mérida a Zaragoza tuvo que salvar este accidente geográfico por medio de un puente romano. No hay vestigios de su fabrica. Fue estrecho para el tráfico ganadero y agrícola de sus márgenes y en el siglo XVI se sustituyo por otro más capaz que recibió el nombre de Puente Grande. Su pavimento es de piedra de granito y posee grandes lajas de de granito labradas y puestas en vertical, para formar un petril. A pesar de tanta piedra, su arco unido, de medio punto es de ladrillo. Tiene una epigrafía que documenta su nacimiento: 1578.
Como el puente estaba en el trazado del camino entre Mérida y Zaragoza, su construcción corrió a cargo de la Casa de Oropesa, a cuyo Señor – Don Juan – exigía la Corona la viabilidad del itinerario principal.
Bibliografía: